sábado, 3 de enero de 2015

Islandia día 6: Completo Día Norteño

Amanecimos temprano para llegar puntuales a una de las citas que con más ilusión esperábamos: toda una mañana adentrándonos en la bahía de Husavik para visitar a las ballenas que en ella habitan.

Una vez en Husavik es muy sencillo contratar este tipo de actividad, ya que hay multitud de agencias que se dedican a ello. No obstnate, nosotro ya teníamos la reserva hecha por Internet.


En un bonito barco de madera de nombre Sylvía y con mucho frío, nos fuimos a la búsqueda de nuestras amigas. Lo cierto es que no tardamos en encontrarlas y enseguida pudimos ver la gran aleta de una de ellas emergiendo de entre las aguas. A partir de ese momento, bajo las instrucciones del jóven capitán, la proa del barco pasó a ser considerada las 12 y cada vez que un tripulante avistara una ballena, debería indicar su posición según la hora del reloj. La mayoría de las veces la señal de que una de ellas andaba cerca era vislumbrar sus soplidos. La mañana se pasó muy rápida disfrutando de la grandeza de estos seres y sus bailes acuáticos.





Y ahora en movimiento:


Al regresar paseamos por el bonito y pintoresco puerto y nos detuvimos a llenar nuestros buches a base de delicias marinas en un lugar donde elegías tu mismo el pesacado fresco y te lo cocinaban en el momento.




Seguimos visitando la ciudad y antes de seguir nuestro trayecto, fuimos a abastecernos de productos típicos islandeses para disfrutar de una deliciosa cena al final de la jornada. Nuestra intención era comprar cerveza islandesa Viking y descubrimos que la venta de alcohol sólo está permitida en sitios específicos y ahí que fuimos a una licorería, apartada y escondida (aunque por dentro era bien bonita).


A los pocos minutos de salir de Husavik vimos a nuestra izquierda una curiosa humareda a la que nos dirijimos creyendo que sería una chimenea natural, pero no! Una maravillosa piscina natural muy caliente  nos sorprendió. Y una vez vimos a una pequeña lugareña sumergirse, no nos lo pensamos y fuimos a equiarnos para darnos un buen baño, sin duda el más inesperado del viaje.


Después de este agradable momento de relax continuamos nuestra ruta para bordear el lago Myvatn. Nos detuvimos en Namafjall, una inmensa explanada repleta de chimenes naturales de vapor y barros volcánicos.



 Interesantes y apestosos momentos.


Dirigiéndonos hacia el Oeste, dimos un pequeño y agradable paseo por el bosque conocido como Höfdi, donde nos sentimos elfos por instantes.


Las cascadas nunca se acaban en Islandia. En esta jornada nos aguardaba la cascada de los Dioses: Godafoss, amplia y caudalosa.


Una última sopresa estaba por llegar...La cabaña para pasar la noche en Dalvik. Los caseros eran muy amables y cercanos, la cabaña estaba ubicada en el jardín de su casa, en el que había conejitos, una gran cama elástica para divertirse saltando sin parar y una hot tube al aire libre, en un ambiente romántico y acogedor. Degustamos nuestras delicatessen islandesas (bacalao seco, skyr entre otras cosas...) y nos dimos el baño más ardiente del viaje (nada menos que 40º XD).



 

ISLANDIA, Antes de partir...
ISLANDIA, Día 1: Conociendo la capital, Reykjavik
ISLANDIA, Día 2: Géiseres, cascadas y granja.
ISLANDIA, Día 3: Recorriendo el Sur.
ISLANDIA, Día 4: Los fiordos del este islandés.
ISLANDIA, Día 5: Llegando al Norte.  
ISLANDIA, Día 7: Relax en el Norte.  
ISLANDIA, Día 8: Trolls y vikingos.